Me enfundé en un vestido de tirantes, me recogí el pelo en una cola alta
y salí a la calle. Era verano y hacía calor, ese calor de las ciudades sin mar
que se te pega a la garganta. Bajé por la avenida que daba al parque. Me gustan
los parques porque en ellos siempre pasan cosas. Solía venir a éste hace varios
años cuando vivía cerca de aquí antes siquiera de que nos conociéramos tú y yo.
Yo creo que en los parques la gente olvida sus problemas, no tienes que dar
explicaciones a nadie y puedes quedarte el tiempo que quieras. Eso tienen los
parques, la ciudad respira por ellos y se nota.
Seguí caminando y me senté en la
primera terraza que encontré, el camarero vino enseguida y le pedí una
cerveza. Hay momentos en que nada refresca más que una coca cola pero ya sabes
que dejé de beberla aquel día que cambiaste la cadena de tu bici. Recuerdo que
intentaste sacar el tornillo con ayuda de la llave inglesa y fue imposible, y
de repente te acordaste de algo que viste en la tele y cogiste una coca cola de
la nevera y la derramaste encima de la tuerca. A los dos minutos ¡clac! La
tuerca giró como por arte de magia.
En vez de ponerme a leer o a
perder el tiempo con mi móvil me he puesto a escribirte. Hace tiempo que quería
hacerlo. No eres mi novio, ni mi ex, ni el tío con el que me gustaría estar.
Eres simplemente mi amigo, pero mi amigo de verdad. Porque con los amigos ya se
sabe, tarde o temprano te acaban gustando, o tú a ellos, y luego todo se
complica.
Me pregunto si sigues yendo en
bici cuando nieva, si aún te levantas temprano los sábados y si mantienes
la costumbre de comer ensalada los domingos. Ahora, cuando como
aceitunas negras me acuerdo de ti.
El 27 volveré a la ciudad por trabajo, te propongo un plan. Repitamos una de aquellas tardes de verano. Llévame a un concierto y a
la feria. Y vuelve a ganarme un oso disparando a latas movedizas. Convénceme de nuevo para
subir a la montaña rusa más alta en el último turno a medianoche y vuelve a
darme la mano cuando toquemos el cielo con los pies.
Que la risa nos deje sin aliento, otra vez.